Al parecer ya se tiene una decisión clara para que la Mega escultura del Monumento al Mestizaje, obra del escultor Sebastián que se desplanta en la Bahía de Chetumal, pueda tener una utilidad pública, han transcurrido tres sexenios desde que se inició su edificación, y cada uno de los gobernadores ha destinado recursos millonarios para  continuarla al punto que, ya se da por hecho, que en este año se ocupe.

La Mega escultura se empezó a dibujar y comentar en 1999, como parte de una campaña proselitista a la gubernatura, en ese tiempo se le presentó al sector privado de Chetumal y se le describió como un atractivo turístico que le dará vida a la Bahía de Chetumal; se hizo la referencia de que la capital del estado requería contar con un ícono que ayudara a posicionar al Sur de Quintana Roo.

Se comentó que de la misma manera que hoy ocurre con la imagen del Cristo Redentor, quien quiera que lo escuche mencionar enseguida lo vincula a Brasil, o la Estatua de la Libertad, la memoria refiere a Nueva York; o bien la Torre Eiffel, de inmediato se relaciona a París; la idea de construir una escultura monumental con el mestizaje como tema central sería de mucha utilidad para que con su sola imagen o nombre, el colectivo local, nacional e internacional supiera que se está hablando de Chetumal.

La justificante de ese tiempo fue crear una imagen y una marca para aprovecharla con fines turísticos habida cuenta que Cancún y Riviera Maya, por si solas tienen fama y reconocimiento internacional y con la escultura monumental en Chetumal, se cerraba la pinza para que cada zona del estado tenga un punto de apoyo que les ayude y facilite el desarrollo.

Y es que hace ya algunos años atrás, la mayor parte de los promotores turísticos al hablar de Quintana Roo sólo se referían enseguida a Cancún, en 1999 la capital del estado no ocupaba un lugar destacado en el entorno de la industria sin chimeneas, por lo que la idea de la escultura monumental encargada a un artista de reconocida trayectoria internacional coadyuvaría y todo embonaría a la perfección.

Al inicio de la construcción, allá por el 2005, el proyecto no fue bien presentado por sus promotores a la comunidad, y fue fuertemente cuestionado; el PAN desde el Congreso del Estado encabezó la descalificación, claro nunca pensaron que serían gobierno, no vieron utilidad pública y la desaprobación hizo eco en la comunidad chetumaleña, de hecho, en el presente, es la sociedad la que se irrita cada vez que se menciona que se ocuparán millones de pesos para ese proyecto.

El monumento está tan estigmatizado que se ve difícil que cualquier decisión que se tenga sobre él tenga la aprobación de la sociedad; y para el acabose el cuento de la instalación de la Secretaría de Turismo le ha dado un corolario de fracaso y elefante blanco: actualmente se abrió el debate sobre una propuesta para cobrar la entrada a la Mega escultura de Chetumal, una vez sea inaugurada como el Museo del Mestizaje.

En junio de 2018 se presentó un video mapping sobre la historia del mestizaje en México, proyectada sobre la fachada del “Museo de la memoria y el futuro” en la explanada frontal de la Mega escultura, y con esa fecha se anunciaron más proyectos, incluyendo conceptos museográficos que complementen nuevos productos que generen un nuevo circuito que combine turismo de naturaleza, aventura y cultura.

Se habló de la instalación de fuentes bailarinas en la explanada, donde además se organizarán exposiciones de arte, el interior de la Mega escultura albergaría un museo con tecnología interactiva, la construcción de un acuario, entre otros atractivos que le colgaron antes de ofrecerla a la Sectur.

De este proyecto se ha hablado y planificado tanto que ojalá que la más reciente propuesta prospere y de una vez por todas se pueda disfrutar y tener una utilidad pública de esa inversión.